Es imposible no comunicar.
Comunicamos en todo momento y aún cuando no surjan palabras de nuestra boca, podemos transmitir mensajes mediante la comunicación analógica, es decir, mediante nuestras posturas corporales, miradas, gestos o tono de voz.
La buena comunicación en la pareja se basa en dos aspectos de igual importancia:
El primero aspecto es comprender realmente lo que nuestra pareja nos quiere comunicar, es decir, conocer, respetar y aceptar sus códigos.
El segundo aspecto es poder transmitir nuestro mensaje adecuadamente, es decir, poder explicar claramente nuestras necesidades sin presuponer que el otro ya las conoce. Esto puede prevenir muchas discusiones que en realidad forman parte de una serie de malentendidos, sobre todo si cada miembro de la pareja posee estilos comunicacionales distintos.
Para evitar confrontaciones es también importante buscar los momentos idóneos para negociar y clarificar. No conviene intentarlo cuando por ejemplo uno de los miembros se encuentra concentrado en otra actividad o cuando la pelea ya se ha desatado.
La terapia es un espacio seguro que puede ser aprovechado por las parejas con la finalidad de mejorar su comunicación, encontrar herramientas que los ayuden a conectar con el otro y negociar o tratar temas delicados.