Familias ensambladas

En la actualidad la integración de diversos fenómenos sociales como el divorcio, la reproducción asistida y las adopciones han dado lugar a nuevos núcleos familiares distintos al tradicional. Uno de estos nuevos modelos son las familias ensambladas; las familias ensambladas son aquellas que se conforman por una pareja adulta en la que al menos uno de los cónyuges tiene un hijo de una relación anterior.

Se les ha denominado así debido a que el término «ensamble» hace referencia a la unión de dos piezas de origen distinto que, sin perder sus propiedades, dan como resultado una unidad nueva con características propias. Esta forma de familia enfrenta, por tanto, diversos retos particulares ya que deberán pasar por una etapa de acomodación para que todos sus miembros se sientan integrados; afrontando además muchos cambios en un corto periodo de tiempo.

Algunos de los posibles retos son los siguientes:

Proceso de duelo.
Gran parte de las familias ensambladas nacen de una pérdida anterior ya que surgen a raíz de la muerte de uno de los cónyuges, de una separación o un divorcio. Es importante dar tiempo a que este proceso de duelo haya finalizado a su propio ritmo y sin presiones.
En ocasiones aún existen procesos legales pendientes, luchas emocionales con la expareja o conflictos abiertos que dificultan la elaboración de la pérdida y la inversión afectiva en la nueva relación. Otras veces, el duelo está ligado a un ideal de familia que es necesario dejar ir.

Reestructuración.
El ensamblaje y la creación de una entidad nueva requiere de una combinación equilibrada entre flexibilidad y respeto. Flexibilidad para poder negociar roles y límites establecidos con anterioridad así como para crear nuevas normas y pautas de convivencia.
Respeto para poder mantener aquellos rituales que no son negociables y que se quieren dentro de la nueva familia.

Intimidad de la pareja.
En las familias ensambladas, a diferencia de otros núcleos, la familia precede a la pareja por lo que ésta no cuenta con una etapa de consolidación o noviazgo propia. Es indispensable, por tanto, que la nueva pareja incluya momentos de complicidad e intimidad y siente sus bases antes del ensamblaje que incluya a los hijos.

Contrato difuso.
Es importante que las expectativas, deseos, fantasías o ilusiones de ambos cónyuges en relación con la nueva familia vayan en la misma dirección. En ocasiones se tienen ideas diferentes de lo que se espera, sobre todo en relación con el cuidado de los hijos: uno de ellos espera que el otro se involucre completamente, algo que su pareja no desea, o visceversa, se tiene la ilusión de participar en la educación de los hijos más de lo que el otro quisiera.

A pesar de los retos anteriores, las parejas ensambladas también tienen la oportunidad de obtener beneficios únicos como poseer un mayor abanico de referentes familiares y poder encontrar nuevas formas de relacionarse.

La terapia familiar puede colaborar a un ensamblaje exitoso ayudando a superar los retos y a sacar el mayor provecho de los beneficios.